Cueva Pintada de Gáldar;
La Cueva Pintada se encuentra en Gáldar, el antiguo Agáldar prehispánico y es el ejemplo más genuino de las representaciones artísticas de la cultura aborigen de Gran Canaria.
El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada cuenta con el siguiente horario:
- De martes a sábado: de 9:30 a 20:00 h. (última visita a las 18:00 h.).
- Domingos: de 11.00 a 20:00 h. (última visita a las 18:00 h.).
- 24 y 31 de diciembre: de 9:30 a 15:00 h. (última visita a las 13:30 h.).
- Cerrado: todos los lunes del año, 1 y 6 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre.
¿Dónde está?;
YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS;
La Zona Arqueológica Costa de Gáldar, situada a un kilómetro de la ciudad, constituye uno de los complejos arqueológicos más monumentales de Canarias. Antes de llegar a los yacimientos arqueológicos aún se pueden observar las casas y talleres que pertenecieron al pionero inglés Mr. David Leacock, introductor de varias mejores agrícolas en la comarca. La excepcionalidad e interés de estos vestigios hay que comprenderla en su contexto y referencias próximas, pues Gáldar fue la capital prehispánica de Gran Canaria antes de la llegada de la población conquistadora europea, y en su acrópolis se ubicaba, además del palacio, la Casa de las doncellas, las murallas y la Torre Roma. De todo este complejo palaciego, sobre el que se edificó la villa castellana de Santiago de los Caballeros, se ha salvado, milagrosamente, la Cueva Pintada y su entorno protourbano de casas labradas, actualmente en proceso de investigación. De cualquier manera, la Zona Arqueológica de la Costa de Gáldar, se nos muestra como un fragmento incompleto, pero suficiente para comprender el grado de complejidad y el alto desarrollo institucionalidad de aquella civilización de la antigua población canaria.
La visita que se propone, para el estudio y deleite, contiene dos grandes temas: las dependencias nobiliarias, es decir las casas y aposentos de la clase señorial que pasaba sus temporadas veraniegas disfrutando de la amabilidad y frescura de esta costa, y lo que es estrictamente la necrópolis, el gran panteón y los mausoleos tumulares. El recorrido propuesto es de oeste a este, en sentido contrario a la marcha del sol. Pasa primero por las edificaciones domésticas y construcciones civiles, para luego, imperceptiblemente, adentrarse en la necrópolis, y culminar el itinerario en el enterramiento colectivo denominado Panteón de los Guanarteme.
TEMPLO DE MATRIZ DE SANTIAGO DE LOS CABALLEROS DE GÁLDAR
En 1778 se lleva a cabo en el mismo lugar la construcción del actual templo. El templo de Santiago, ejemplar típico del neoclásico, es la representación arquitectónica del sentimiento religioso de una época y el monumento a la fe de un pueblo. La construcción del templo se inició el 23 de mayo de 1778, finalizándose las obras el 24 de julio de 1826. Bajo la dirección de los hermanos Eduardo, el templo fue edificado gracias a las aportaciones del Capitán Don Esteban Ruiz de Quesada, que cedió toda su fortuna. Toda la vecindad de Gáldar intervino, de alguna manera, en la realización del proyecto, con ayuda económica o con su esfuerzo personal trabajando en la obra.
La primera iglesia de Gáldar estuvo ubicada en el Palacio de los Guanartemes, donde Andamana y Gumidafe situaron la capital del Guanartemato o Reino de Canaria.
Se mantiene el ideal de cabecera de la Isla, que tenía antes de la Conquista de Gran Canaria, cambiando el símbolo del Palacio del Guanarteme, centro de la Agáldar prehispánica, por el nuevo Templo de Santiago, eje de la Gáldar hispánica.
En el Archivo de Simancas y en los Protocolos de Sevilla se recoge la enorme importancia del santo en la ciudad, ya que por parte de los conquistadores se produce una simbiología entre el topónimo aborigen y el antropónimo jacobeo: "Villa de Santiago de los Caballeros de Gáldar", en la actualidad Real Ciudad de los Caballeros de Gáldar.
El templo de Santiago de los Caballeros de Gáldar constituye el arranque de la arquitectura neoclásica en las Islas Canarias, aunque en sus líneas se adivinan reductos del barroco. La fachada se compone de dos cuerpos, sobre los que se sitúa el enorme frontón de arco rebajado y las dos torres gemelas de 35 metros de altura. Llama la atención la cantería en piedra "dorada" de Gáldar. Cubre la fachada en su totalidad y es el elemento que contribuye en mayor medida a dar este aire monumental al edificio. La cantería no se había utilizado en la arquitectura religiosa de las islas hasta 1778, y lo mismo ocurre con la cúpula que se eleva en el crucero. La planta del edificio es un rectángulo, ocupando la mayor parte el recinto de ceremonias y el resto las dependencias anexas y sacristías.
El templo está compuesto por tres naves, separadas por 38 pilares poligonales y cubiertas de bóvedas de medio cañón, aparte de quince capillas, seis laterales, dos colaterales y la Capilla Mayor. Sobre el templete de la capilla mayor, en el crucero, se sitúa la cúpula.
ERMITA DE SAN SEBASTIÁN
Esta ermita data de finales del siglo XV o principios del siglo XVI. El edificio se sitúa a la entrada de la ciudad junto al Camino Real, en sus líneas generales es de estilo mudéjar, de planta rectangular, algo alterada por la sacristía trasera de forma triangular. El retablo de la ermita se compone del altar mayor con una mesa de perfil de pecho de paloma, de corte rococó, también la escultura del Santo titular, la más importante de la ermita
La Ermita de San Sebastián es una pequeña edificación religiosa situada en el barrio del mismo nombre junto a la Ciudad de Gáldar.
La devoción a San Sebastián debió ser muy extendida en Gran Canaria si atendemos a la cantidad de templos dedicados a este Santo (Agüimes, Guía, Agaete, Las Palmas…).
A menudo se le situaba cerca de los accesos a las villas y ciudades como Santo Protector a quien se le atribuía cierto patronazgo sobre las epidemias.
El sobrenombre "del Real" con que en Gáldar se cita a veces la Ermita hace precisamente referencia a estar situado junto al camino real, justo cuando éste, después de cruzar el Barranco asciende hacia la Colina donde se asienta la Ciudad.
La Ermita de San Sebastián en Gáldar, parece datar de finales del s. XV o los primeros años del s. XVI, y su ubicación, cerca de zonas muy pobladas en época prehispánica (Argüello y Hospital), nos habla de un proceso de apropiación simbólica de los espacios, similar a la ubicación de la primitiva Iglesia de Santiago de los Caballeros junto a la casa de las doncellas (supuestamente harimaguadas) en la zona de la actual Plaza de Santiago.
Morfológicamente, se trata de una construcción sencilla en mampuesto con cubierta a tres aguas de tipo mudéjar. La portada, con un arco ligeramente apuntado, es prácticamente el único elemento del estilo gótico que se ha conservado en la comarca.
La antigüedad de la ermita, y su estrecha relación con el convento Franciscano de San Antonio de la Vega (1520) hicieron de ésta una ermita bien amueblada, con notable presencia de devociones franciscanas que se iría enriqueciendo a lo largo del s. XVII.
De esta época se conserva el púlpito, las hornacinas laterales y el banco del retablo principal, así como el lienzo de Santa Catalina de Alejandría (hoy en el museo de Arte Sacro de Santiago de los Caballeros de Gáldar).
La renovación del Culto a finales del s. XVIII, motivó la sustitución del San Sebastián original por la talla actual, obra del imaginero Luján Pérez, y se renovara la mitad superior del retablo.
CASA DE ANTONIO PADRÓN;
Es uno de los centros de la Red de Museos del Cabildo de Gran Canaria y fue inaugurado en 1971.
Antonio Padrón (1920-1968)
Nace en Gáldar, Gran Canaria, el 22 de febrero de 1920. Estudia Bellas Artes en la Escuela Central de San Fernando de Madrid donde tiene como profesores, entre otros, a Vázquez Díaz, Julio Moisés y Ramón Stolz. En 1949 obtiene el título de Profesor de Dibujo, y en 1951, a su regreso a Canarias, se instala en su ciudad natal, donde se aparta de todo contacto con el mundo artístico de la capital de la isla. Su aspiración a un arte genuino, alejado de toda posible influencia, y su carácter solitario, confieren a su obra una singularidad especial en la plástica canaria del siglo XX.
En términos generales, la pintura de Antonio Padrón puede situarse dentro del ancho margen que abarca el movimiento expresionista. A él le vincula el gusto por lo popular, la reelaboración que hace en sus cuadros de las costumbres, los mitos y el folclore insular. Por otra parte, la revalorización de los elementos del arte autóctono, propugnada por los pintores y escultores de la Escuela Luján Pérez (Felo Monzón, Jesús Arencibia, Jorge Oramas, Plácido Fleitas…), le descubrieron el sorprendente universo pictórico que ofrecía la Isla. Nace así una pintura indigenista insular, cuyas características residían, según Padrón, en “los propios ocres y rojos, en los tonos cálidos”, de la tierra canaria, “situada alrededor del volcán”.
Entre 1960-1963, un periodo de crisis le acerca al Informalismo, y fruto de ésta época son unos treinta cuadros, que en su mayoría, el pintor repudia. Padrón, que había rechazado siempre la abstracción, debió plantearse que su obra fuese un error. Pero un óleo, pintado en 1964, “En la exposición”, marca definitivamente su reencuentro con sus orígenes y su posición frente a la abstracción. Superada la crisis, se inicia un proceso de madurez donde el pintor se ve asistido del pleno dominio de sus facultades técnicas y creencia en la validez de su arte que ya no le abandonaría hasta el final de sus días. Óleos y dibujos van llenando su estudio, fruto de un afán creativo que le hace trabajar casi sin reposo. Sin embargo, el 8 de mayo de 1968, mientras pintaba “Piedad”, fallece.
Director: César Ubierna
C/ Drago, 2
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